Los estudios revelan que viajar a contramarcha es 5 veces más seguro que en sentido marcha.
En Suecia, desde hace más de 40 años, utilizan las sillas a contramarcha como mínimo hasta los 4 años de edad de los niños. Los suecos se posicionan así, como el país europeo con menor mortalidad infantil en caso de accidente de tráfico. Gracias a la labor informativa de muchos profesionales está tendencia va en aumento en el resto de Europa.
El Sistema de Retención Infantil (SRI) en sentido contrario a la marcha es capaz de absorber hasta el 90% de la fuerza del impacto. En las sillas instaladas a contramarcha los niños mantienen alineadas cabeza y columna, y la fuerza del impacto es absorbida por la propia silla, protegiendo al niño en todo momento. Así, evitamos que el niño quede expuesto a lesiones de tórax o abdomen, propias del resultado de un impacto en sentido marcha.
Muchos os preguntaréis: ¿hasta cuando debo llevar al niño a contramarcha? La respuesta es clara: Más tiempo, menos riesgo. Hoy en día muchos padres españoles se sorprenden al ver niños mayores de 9 kg instalados en el coche en sillas en sentido contramarcha, de hecho los estudios confirman que el 95% de los padres de nuestro país creen que sus hijos deben ir sentados en sentido marcha a partir de los 9 meses. La causa de esta creencia radica en la falta de información.
Rompiendo mitos.
Mito 1: Mareo
Está extendida la creencia que por viajar contramarcha el niño se va a marear. Indigestión, golpe de calor, problemas estomacales…, pueden ser causa de mareos. Los niños se amoldan a lo que les enseñamos, y no hay que olvidar que desde que nacen ellos ya están acostumbrados a viajar a contramarcha.
Mito 2: Piernas
Los padres tienden a comprar rápidamente una silla del grupo superior a su hijo porque ya no le caben las piernas, y sobretodo: “Mi niño ya es mayor”. Error. Evitando una posible lesión en las piernas estamos exponiendo al bebé a lesiones de cervicales de gravedad superior.
Mito 3: Enfado y llanto
La misión de los padres es educar. Y educar no implica acceder a los deseos de nuestros pequeños siempre que lloren o se enfaden. Del mismo modo que no dejaríamos cruzar solo la calle a nuestro hijo por una cuestión obvia de seguridad, tampoco será la solución colocar al niño en sentido marcha para que deje de llorar. Se trata de reforzar el viaje a contramarcha mediante estímulos positivos y tratarlo con normalidad.
Mito 4: Aburrimiento
El hecho que el niño proteste no debe influenciar en la decisión del sentido de viaje, pero la realidad es que en ocasiones la solución a priori más fácil es la respuesta. Existen variedad de elementos de entretenimiento y vigilancia: tablets, pantallas, DVD, juguetes tradicionales así como espejos específicos que hacen que el niño puede estar ocupado y seguro durante el viaje. Y en la mayoría de los casos terminan durmiéndose.
Por todo ello, en las silla a contramarcha es especialmente importante el asesoramiento. Prescribir la silla adecuada según las características del niño y el estilo de vida, así como comprobar que la silla es compatible con nuestro coche es de suma importancia.